La insolvencia económica para persona no natural, es un proceso legal que permite a los deudores en mora llegar a un acuerdo de negociación de deudas con sus acreedores, elaborar un plan de pagos favorable y reorganizar su vida crediticia. Para acogerse a este procedimiento, es indispensable que el deudor esté en mora respecto de dos o más obligaciones a favor de dos o más acreedores por más de 90 días, o tener en su contra dos o más procesos ejecutivos o de jurisdicción coactiva.
El procedimiento de insolvencia solo se aplica a situaciones de “cesación de pagos”, es decir, cuando el deudor ha incumplido dos o más obligaciones a favor de dos o más acreedores, la suma de las deudas supera la suma de los activos, la situación de crisis es crónica y con tendencia a agravarse, y el término de mora es de más de 90 días.
Entre los beneficios o ventajas de acogerse a este procedimiento se encuentran el retiro de los reportes de las centrales de riesgo, la promoción de la recuperación del deudor insolvente y su regreso al mercado como sujeto económicamente activo, la normalización de las relaciones crediticias, la suspensión de los procesos judiciales en su contra y el cobro de intereses, y la convocatoria a todos sus acreedores para buscar una negociación de las deudas.
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El tiempo del trámite de insolvencia es de 60 días, contados a partir del momento en que se acepta la solicitud, y puede extenderse por 30 días más si la solicitud se realiza por parte de deudor y acreedor. Es importante tener en cuenta que este procedimiento solo se puede usar una vez cada cinco años, y si el deudor incumple el acuerdo de pago al que llegó con sus acreedores perderá el derecho de por vida para volver a usar este mecanismo. No espere a que sea demasiado tarde para recuperar el control de su vida financiera.
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